Además de la revolución en México, la década de 1920 trajo consigo la persecución en masa de los católicos. Los misioneros fueron expulsados del país, los seminarios y las escuelas Católicas se cerraron, y a la Iglesia se le prohibió ser dueña de propiedades. A los sacerdotes y a los laicos se les pidió renunciar a Jesús y a su Fe en público; y al rehusarse no sólo enfrentaron castigo sino tortura y muerte.
Durante esta época de opresión y crueldad, Caballeros de Colón no sólo rehusó irse de México sino que los 400 miembros que tenía la orden en 1918, se convirtieron en 43 consejos y 6,000 miembros en solo cinco años.
Además de la revolución en México, la década de 1920 trajo consigo la persecución en masa de los católicos. Los misioneros fueron expulsados del país, los seminarios y las escuelas Católicas se cerraron, y a la Iglesia se le prohibió ser dueña de propiedades.
A los sacerdotes y a los laicos se les pidió renunciar a Jesús y a su Fe en público; y al rehusarse no sólo enfrentaron castigo sino tortura y muerte.
Durante esta época de opresión y crueldad, Caballeros de Colón no sólo rehusó irse de México sino que a los 400 miembros que tenía la orden en 1918, se convirtieron en 43 consejos y 6,000 miembros en solo cinco años. En esos tiempos, Caballeros estaba distribuyendo 5 millones de folletos en los cuales se describía la brutalidad del gobierno Mexicano hacia los Católicos. Como resultado, el temor del gobierno Mexicano hacia la Orden llego hasta tal extremo que eventualmente la declaró fuera de la ley.
Miles de católicos Mexicanos, muchos de los cuales eran Caballeros, no se sometieron a estas amenazas ni renunciaron a su Fe; y por esto, a menudo, pagaron con sus vidas. Adoptaron esta posición cuando fue lo más difícil de hacer, y su valor y devoción han hecho eco por décadas. A continuación se muestran las historias de los seis Caballeros de Colón que se cuentan entre los 25 Mártires Mexicanos canonizados por el Papa Juan Pablo II en el año 2000.